Por enésima vez consecutiva el Europarlamento se ha visto obligado a rechazar la directiva sobre patentabilidad de software y restricción de los derechos del individuo a la hora de expresar procedimientos lógicos. La Comisión Europea, durante una reunión que se discutían temas agrícolas como el riego y/o plantación de cebollas, aprovecho porque no, como buén componente de una República Bananera, para colar algo tan agrícola como la patentabilidad del software.

Por suerte los lobbies de presión mega-empresariales no han conseguido manipular a los europarlamentarios, a pesar de haber intentando incluso sobornarles con helados. Al final todo ha acabado con un "no seais malos, niños enchufados de la Comi! Que vendrá el coco y os pegará en el culete!", y con la puerta abierta a que se vuelva a colar la jodida directiva.

Lo justo hubiese sido que se aprovasen las 21 enmiendas de Buzek-Rocard-Duff que hubieran suprimido totalmente cualquier posibilidad de patentes de software, pero que se puede esperar de una República Bananera. Almenos demos gracias a Dios de que han tenido el suficiente cerebro de no haberlas aprobado...